Los precios del oro cayeron el viernes, cerrando la semana en baja, debido al aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. y a la postura agresiva de la Reserva Federal, lo que afectó al metal amarillo. El oro al contado cayó un 0,7%, situándose en $2,614.40 por onza, mientras que los futuros de oro para febrero bajaron un 0,9%, cerrando en $2,630.36 por onza.
El ambiente de negociación se mantuvo tranquilo, ya que muchos inversores institucionales comenzaron a reducir su actividad por la temporada navideña. La desaceleración de fin de año suele traducirse en volúmenes de negociación más bajos y una actividad de precios moderada. Además, la ausencia de datos económicos significativos o anuncios de políticas importantes al cierre del año limita los catalizadores del mercado.
A pesar de la caída del viernes, el oro cerró la semana con un ligero aumento del 0,3%, recuperándose ligeramente de una caída del 1% en la semana anterior. Sin embargo, un dólar estadounidense más fuerte, impulsado por la reafirmación de la política monetaria restrictiva de la Reserva Federal, sigue ejerciendo presión sobre el desempeño del oro.
Rendimientos al alza presionan los precios del oro
El índice del dólar estadounidense se debilitó ligeramente el viernes, revirtiendo las ganancias de la noche anterior, pero se mantuvo cerca de su nivel más alto en dos años. Sin embargo, los rendimientos de los bonos del Tesoro, que aumentaron significativamente, superaron cualquier posible impulso derivado de la debilidad del dólar, manteniendo al oro bajo presión.
Por lo general, el oro se beneficia de un dólar más débil, ya que lo hace más asequible para compradores internacionales. No obstante, las tasas de interés más altas, impulsadas por la política agresiva de la Reserva Federal, hacen que los activos con intereses, como los bonos, sean más atractivos que el oro, que no genera rendimientos, lo que provoca una presión sostenida a la baja.
La caída del oro esta semana se debió a las proyecciones revisadas de la Reserva Federal, que ahora prevén solo dos recortes de tasas de interés en 2025, en lugar de los cuatro anticipados previamente. Este ajuste señala la intención de la Fed de mantener una política monetaria más estricta por más tiempo, reforzando un entorno menos favorable para el oro.
Otros metales preciosos siguieron la misma tendencia a la baja que el oro. Los futuros de platino se desplomaron un 3,6%, situándose en $919.90 por onza, mientras que los futuros de plata cayeron un 1,5%, cerrando en $29.935 por onza.
El cobre gana por restricciones de oferta, pero enfrenta presión del dólar
Por otro lado, los metales industriales, como el cobre, tuvieron un desempeño mixto. Los precios del cobre subieron ligeramente tras informes que destacaron una continua escasez de concentrados de cobre en China. Reuters informó que las principales fundiciones de cobre chinas han reducido su guía de tarifas de procesamiento para el primer trimestre de 2025, reflejando un suministro más limitado. Las nuevas tarifas de tratamiento y refinación se fijaron en $25 por tonelada métrica y 2.5 centavos por libra, significativamente por debajo de las cifras del cuarto trimestre de $35 por tonelada y 3.5 centavos por libra.
Esta restricción de suministro impulsó los futuros de referencia del cobre en la Bolsa de Metales de Londres un 0,4%, cerrando en $8,995.00 por tonelada. Sin embargo, los futuros de cobre para febrero cayeron ligeramente un 0,1%, situándose en $4.1242 por libra, ya que un dólar fuerte limitó las posibles ganancias.
Aunque la escasez de suministro sugiere un posible soporte para los precios del cobre en los próximos meses, el dólar robusto sigue siendo un desafío para el mercado más amplio de metales industriales, limitando el potencial de ganancias inmediatas.
Perspectivas: A medida que concluye 2024, el oro y otros metales preciosos pueden seguir siendo vulnerables a las fluctuaciones en los rendimientos de los bonos del Tesoro y el dólar. Mientras tanto, el cobre y otros metales industriales probablemente dependerán de la dinámica global de oferta y demanda, particularmente en mercados clave como China.