El informe del Departamento de Comercio de EE.UU. mostró que el PIB estadounidense creció a una tasa anual del 6,9% en el cuarto trimestre de 2021. La cifra fue ligeramente superior a la previsión de consenso del 5,6%, marcando el sexto trimestre consecutivo en el que la economía de Estados Unidos ha crecido. Como resultado, se espera que la economía estadounidense crezca un 5,7% para todo el año 2021, superando el crecimiento del 3,4% alcanzado en 2020. Se trata, además, del mayor incremento del PIB desde 1984.
Estadísticamente, el fuerte crecimiento de la economía estadounidense el año pasado refleja el crecimiento global del gasto de los consumidores, la inversión fija no residencial, las exportaciones, la inversión fija residencial y la inversión en inventarios privados. Un solo sector no impulsó el crecimiento económico. La demanda de los consumidores sigue mostrando un fuerte crecimiento entre los distintos sectores, y las empresas han estado reponiendo continuamente sus inventarios para satisfacer la creciente demanda.
El gasto de los consumidores estadounidenses creció un 3,3% anual en el año pasado, frente al 2% del tercer trimestre. Tras una fuerte contracción del 25% en el tercer trimestre, el gasto en bienes duraderos aumentó un 1,6% en el cuarto trimestre. Los servicios crecieron un 4,7%, liderados por los servicios sanitarios, de entretenimiento y de transporte.
Las previsiones económicas trimestrales de la Fed muestran que la economía estadounidense crecerá un 5,5% en 2021 (ligeramente por encima de lo estimado) antes de ralentizarse al 4% en 2022. Con el inicio del ciclo de subida de los tipos de interés, la economía estadounidense entrará en un periodo de expansión más moderado en el futuro, lo que limitará aún más el nivel de crecimiento económico potencial, y se espera que la tasa de inflación disminuya gradualmente. No obstante, la mayoría de los economistas creen que la economía estadounidense seguirá creciendo en 2022, puesto que se espera que crezca más del 4% este año.
Sin embargo, no podemos subestimar los factores de riesgo a los que se enfrenta Estados Unidos. La inflación se ha convertido en el principal obstáculo para el actual crecimiento económico de Estados Unidos. De ahí que la Reserva Federal haya prometido aplicar varias subidas de los tipos de interés para contener la inflación. Como resultado, la inflación estadounidense alcanzó en enero de 2022 el nivel más alto en 40 años, el 7,5%, mientras la confianza de los consumidores caía a su punto más bajo.
Goldman Sachs se mostró ligeramente pesimista sobre las perspectivas de la economía estadounidense y recientemente volvió a rebajar sus previsiones. El principal banco de inversión rebajó su previsión del PIB para 2022 al 3,4% desde el 3,8% anterior, alegando que la economía estadounidense se enfrenta a más obstáculos de los previstos. Entre ellos, la retirada de los estímulos fiscales, la continua propagación de los virus de la variante COVID-19 y el impacto de las múltiples rondas de subidas de los tipos de interés para frenar el aumento de la inflación. Teniendo en cuenta el efecto combinado de estos factores, no es imposible que la economía estadounidense caiga por debajo de los débiles niveles de crecimiento económico registrados en 2020.