La naturaleza incierta de la salud económica de Estados Unidos está causando repercusiones en los mercados financieros globales, intensificando un período ya turbulento. Los inversores ahora enfrentan desafíos adicionales, como un cambio en la política de la Reserva Federal, una elección altamente competitiva en EE. UU. y preocupaciones sobre activos sobrevalorados.
Después de que los datos del mercado laboral, muy esperados, revelaran que el impulso se desaceleró más de lo anticipado, las acciones de EE. UU. experimentaron una caída significativa el viernes. Esto sugiere que el camino hacia un “aterrizaje suave” en EE. UU., donde la Fed pueda controlar la inflación sin dañar sustancialmente el crecimiento económico, es más estrecho.
Se espera que la Reserva Federal reduzca las tasas de interés en su próxima reunión del 17 al 18 de septiembre. Sin embargo, los datos recientes han reavivado las preocupaciones de que meses de altos costos de endeudamiento puedan haber impactado negativamente la economía. Este desarrollo no es una buena noticia para los inversores, especialmente después de que las perspectivas de recortes en las tasas, en un contexto de crecimiento resiliente, contribuyeran a máximos históricos para el S&P 500 este año.
Angelo Kourkafas, estratega senior de inversiones en Edward Jones, cree que los datos indican progreso hacia un aterrizaje suave, pero también destacan riesgos significativos a la baja a los que los mercados reaccionarán. Se anticipa que la volatilidad del mercado seguirá siendo elevada.
La evidencia de una disminución en el apetito por el riesgo es visible en varios mercados. El S&P 500 cayó un 1.7% el viernes y ha perdido aproximadamente un 4.3% durante la semana pasada, marcando su peor declive semanal desde marzo de 2023. Nvidia, una empresa emblemática del entusiasmo por la inteligencia artificial este año, cayó más del 4% y se acercó a su nivel más bajo en un mes, junto con otras acciones tecnológicas en auge.
El viernes, el Índice de Volatilidad del Mercado de la Bolsa de Opciones de Chicago (Cboe), conocido coloquialmente como el “indicador de miedo” de Wall Street, ascendió a su punto más alto en aproximadamente un mes.
Keith Lerner, codirector de inversiones en Truist Advisory Services, expresó su preocupación de que la Reserva Federal (Fed) podría no responder con suficiente rapidez o resolución para evitar una recesión económica más grave.
Varios elementos contribuyen a la incertidumbre del mercado. Las transacciones de futuros el viernes sugirieron que los inversores habían descontado una probabilidad sustancial del 70% de una reducción de 25 puntos básicos en las tasas de interés por parte de la Fed y una probabilidad del 30% de una reducción de 50 puntos básicos. Sin embargo, para muchos, la decisión sigue sin resolverse.
Quincy Krosby, estratega global jefe de LPL Financial, planteó la pregunta de si los datos de empleo de agosto reflejan un retorno a las condiciones del mercado laboral anteriores a la pandemia de COVID-19 o indicios de una economía perdiendo impulso.
Otros adoptaron una perspectiva más pesimista. Los analistas de Citi argumentaron que el informe justifica una reducción de tasas de 50 puntos básicos a finales del mes. Inferían que el mercado laboral está experimentando un período de enfriamiento, lo que a menudo precede a una fase recesiva.
Los datos de inflación de la próxima semana tienen el potencial de arrojar luz sobre la fortaleza subyacente de la economía e informar las decisiones de la Reserva Federal sobre posibles ajustes en las tasas de interés.
Al mismo tiempo, han resurgido preocupaciones sobre las valoraciones. El índice S&P 500, que ha experimentado una trayectoria ascendente de más del 13% durante el año actual, ahora exhibe una relación precio/ganancias de casi 21 veces las ganancias anticipadas durante los próximos 12 meses. Esta relación es significativamente más alta que su promedio histórico de 15.7, según datos de LSEG Datastream.
Además, el sector tecnológico del S&P 500, que representa el grupo más grande del índice, actualmente cotiza a un múltiplo de más de 28 veces las ganancias esperadas. Esta valoración está muy por encima de su promedio a largo plazo de 21.2, a pesar de la reciente caída del mercado.
Mark Travis, gestor de cartera en Intrepid Capital Management, observó que se ha logrado un progreso significativo en un período relativamente corto. Sin embargo, algunas empresas están comenzando a evaluar los costos asociados con la inteligencia artificial (IA) y a cuestionar la viabilidad de continuar con la inversión. Esta introspección podría impactar a las grandes acciones tecnológicas.
Los inversores también están atentos a la elección presidencial de Estados Unidos, que ahora entra en su fase final. La carrera entre la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump podría atraer a los inversores el martes, cuando ambos candidatos debatan por primera vez antes de la votación del 5 de noviembre.
A lo largo de la historia, septiembre ha sido consistentemente reconocido por presentar desafíos significativos para los inversores, como lo demuestra el persistente declive del índice S&P 500. Desde el año 1945, el índice ha experimentado una disminución promedio de aproximadamente el 0.8% durante el mes de septiembre, lo que lo convierte en el período más desafiante para las acciones, según datos de CFRA. Esta tendencia ha sido constante en tiempos recientes, con el índice ya mostrando una caída del 4% desde el comienzo del mes actual.
Burns McKinney, gestor senior de cartera en NFJ Investment Group, observó que los inversores son cautelosamente optimistas sobre la posibilidad de una recuperación económica gradual. Aunque sigue siendo factible una transición económica armoniosa, cada informe de empleo más débil disminuye la probabilidad de que tal resultado se materialice.